PARABOLAS

¿Donde estabas Dios, cuando mi hijo te necesitaba?


Ella dió un salto tan pronto vió al cirujano salir de la sala de operaciones. Ella dijo: ’Cómo está mi pequeño? Estará bien? Cúando lo puedo ver?’

El cirujano dijo, ‘Lo siento. Hicimos lo que pudimos, pero él no pudo.’ Sally dijo, ‘Porqué a los niños les puede dar cáncer? Será que Dios no los cuida más? Dónde estabas, Dios, cuando mi niño te necesitaba?’

El cirujano le preguntó, ‘Te gustaría un tiempo a solas con tu hijo? Una de las enfermeras estará afuera en un momento, antes de que lleven al niño a la Universidad.’

Sally preguntó a la enfermera si podía quedarse con ella mientras se despedía de su pequeño. Ella pasó sus dedos amorosamente a través del cabello rizado y rojizo del niño.

‘Te gustaría mantener un pedazo de su cabello?’ preguntó la enfermera. Sally asintió que sí. La enfermera cortó un pedazo de cabello, lo colocó en una bolsa plástica y lo entregó a Sally. La madre dijo, ‘Fue idea de Jimmy donar su cuerpo a la Universidad para estudio. Él dijo que podía ayudar a otros.. ’Primero le dije que no, pero Jimmy dijo, ‘Mamá, no lo voy a usar más cuando muera. Tal vez pueda ayudar a otro niño a pasar un día más con su mamá.

‘Mi Jimmy tenía un corazón de oro. Siempre pensando en los demás. Siempre queriendo ayudar a los demás si podía..’

Sally caminó afuera del Children’s Mercy Hospital por última vez, luego de haber pasado la mayoría de los pasados 6 meses allí. Colocó las pertenencias de Jimmy en el asiento del pasajero. El conducir al hogar fue difícil. Y más difícil entrar a la casa vacía.. Cargó las pertenencias de Jimmy, y la bolsita plástica con su cabello hasta la habitación de su hijo.

Comenzó a colocar los carritos y las otras cosas personales de vuelta en el lugar exacto donde él las tenía en su cuarto.

Ella se dejó caer sobre su cama y abrazando su almohada, lloró hasta quedar dormida.
Era alrededor de la medianoche cuando despertó. Y colocada al lado de ella en la cama había una carta.


La carta decía:

‘Querida Mamá, Sé que me vas a extrañar; pero no pienses que yo te olvidaré, o dejaré de amarte, sólo no estaré físicamente alrededor tuyo
para decirte ’Te Amo’ . Yo siempre te amaré, Mamá, aún más cada día. Algún día nos volveremos a encontrar. Mientras tanto, si quieres adopta otro niño y así no estarás tan sola, eso estará bien para mí.

El podrá usar mi cuarto y mis viejos juguetes. Pero, si decides adoptar una niña, a ella probablemente no le gustará jugar con las cosas de niños.. Tendrás que comprarle muñecas y cosas de niña, tu sabes.. No estés triste pensando en mí. Éste es un lugar realmente maravilloso.. La abuela y el abuelo me reconocieron tan pronto llegué aquí y me mostraron todo el lugar, pero tomará un largo tiempo verlo todo.

Los ángeles son extraordinarios. Me encanta verlos volar. … y ¿ sabes? Jesus no se parece a ninguna de las fotos que pintan de él. Aún así tan pronto lo ví, lo reconocí, sabía que era él.., . Jesus mismo me llevó a conocer a Dios ! Y sabes qué mamá? Dios me sentó en su rodilla y habló conmigo, como si yo fuera alguien importante…!

Ahí fue cuando le dije que yo quería escribirte una carta para despedirme de tí y decirte cómo me siento ahora.. Pero yo creía que no se permitía. Pero sabes qué mamá? Dios me dió papel y su pluma personal para que yo te escribiera esta carta. Creo que Gabriel es el nombre del ángel que te llevó esta carta. Dios me dijo que te contestara una de las preguntas que le hiciste.. ‘Dónde estaba él cuando yo lo necesitaba?’

‘Dios me dijo que estaba en el mismo lugar conmigo, como cuando Su hijo Jesús estaba en la cruz’. Él estaba justo ahí, según está siempre con todas sus pequeñas criaturas.. Pero de todos modos, Mamá, nadie más puede ver lo que te he escrito.. Sólo tú… Para todos los demás, ésto es sólo un pedazo de papel en blanco. No es fantástico? Tengo que devolverle la pluma a Dios ahora.

Él la necesita para escribir más nombres en el Libro de la Vida. Esta noche voy a sentarme a la mesa con Dios para comer. Estoy seguro que la comida será sabrosa.. Oh, olvidé decirte… Ya no me duele más.. Ya no siento ningún dolor… El cáncer se fue. Estoy felíz porque puedo estar de pie y correr…sin sentir más dolor y así Dios no me vé angustiado y adolorido..

Por eso Él envió el ángel de la misericordia a rescatarme… El Ángel dijo que era una entrega especial…! Qué crees..? ¡ Nítido..! ¿ verdad ?

Firmado con el amor de Dios, Jesus & Yo… Tu Jimmy..


El Tazón de Madera

Un anciano fue a vivir con su familia. Todos comían juntos pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un poco difícil.
Un viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años, ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.
La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma delanciano hacía el alimentarse un asunto difícil.
Los guisantes caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente, derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
Le preguntó dulcemente: ¿Qué estás haciendo?
Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos".
Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.
Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.
Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben.
Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas.
Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.
He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito enredadas.
He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo.
He aprendido que aún cuando me duela, no debo estar solo.
La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir.

la libreta de calificaciones

Era miércoles, 8:00 a. m., llegue puntual a la escuela de mi hijo. - No olviden venir a la reunión, es obligatoria - fue lo que la maestra había dicho un día antes. - ¡Pues qué cree la maestra! ¿Qué cree que podemos disponer
del tiempo a la hora que ella diga?. Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 A.M .. de aquí dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ese negocio, probablemente
podríamos comprar esa nueva televisión con el dinero que recibiría.

- Juan Rodríguez!... escuché a lo lejos. ¿No está el papá de Juan Rodríguez? dijo la maestra. -Sí aquí estoy- contesté pasando a recibir la boleta de mi hijo. Regresé a mi silla y me dispuse a verla.

- ¿Para esto vine? ¿Qué es esto?..-

La boleta estaba llena de seises y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones de mi hijo.

De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba...., ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!... Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, azoté la puerta y grité ...¡Ven acá Juan!

Juan estaba en su recamara y corrió a abrazarme. - ¡Papá!...

- ¡Qué papá ni que nada!- Lo retiré de mí, me quité el cincho y no sé cuantos golpes le di, al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él. ¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!! - terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba. Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se fue a la mesa a escribir.

Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo - Léele despacio y después toma tu decisión-

Ésta decía así...

BOLETA DE CALIFICACIONES "PARA EL PAPÁ"

Tiempo que le dedicas a tu hijo -
Calificación
1. En conversar con él a la hora de dormir
2. En jugar con él
3. En ayudarlo a hacer la tarea
4. En salir de paseo en Familia
5. En contarle un cuento antes de dormir
6. En abrazarlo y besarlo
7. En ver la televisión con él

El me había puesto seises y sietes, yo me hubiera calificado con menos de cincos.

Me levanté y corrí a la recamara de mi hijo, lo abracé y lloré..., Quería regresar el tiempo, pero era imposible.
Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papá!

Cerró sus ojos y se durmió.

Ojalá este relato, que no es extraño para muchos de nosotros, sea ese REMEDIO, que nos haga despertar y darle el VALOR a lo que realmente es de valor para nosotros.



LAS 4 ESPOSAS


Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. 

Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Solo le daba lo mejor.

También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.

La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. 

Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, apenas si él se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermó y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló:
"Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo".

Así que le preguntó a su cuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado conlas mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "¡Ni pensarlo!", Contestó la cuarta esposa y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso.

El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "¡No!", Contestó su tercera esposa. "¡La vida es demasiado buena! ¡Cuándo mueras, pienso volver a casarme!" Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.

Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. "Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte". Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.

Entonces escuchó una voz: "Me iré contigo y te seguiré doquiera tu vayas".
El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Sé veía tan delgaducha, sufría de desnutrición. Profundamente afectado, el monarca dijo: "¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"

En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.

Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos.

Nuestra tercera esposa es nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros.

Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.

Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará a donde quiera que vayamos.

¡Así que, cultívala, fortalécela y cuídala ahora!
Es el más grande regalo que puedes ofrecerle al mundo. ¡Déjala brillar!
El Perfume de la maestra



Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente del 5º grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira. Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado Teddy Stoddard.

Ella desde el año pasado había observado a Teddy, notando que él no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba un buen baño, por lo que comenzaba a ser un tanto desagradable.

Llegó el día en que ella disfrutaba tachar los trabajos de Teddy con un plumón rojo, con una gran X y un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.

En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, tenía que revisar el historial de cada niño y había dejado el expediente de Teddy para el final. Cuando al fin lo revisó, se llevó una gran sorpresa.

La profesora de primer año escribió: "Teddy es un niño muy brillante, con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales; es un placer tenerlo cerca".
Su profesora de segundo escribió: "Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil".
La profesora de tercero escribió: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. Él trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas".
Su profesora de cuarto escribió: "Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase".



Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que él había tomado de una bolsa de papel. A ella le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes.



Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con sólo un cuarto de su contenido. 
Ella detuvo las burlas al exclamar lo precioso que era el brazalete, mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca. Teddy Stoddard se quedó ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir: "Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá".
Después de que el niño se fue, ella lloró por lo menos una hora. Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educarlos y puso atención especial en Teddy. Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, respondía más rápido.
Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira, de que quería a todos sus alumnos por igual, Teddy se convirtió en uno de los consentidos de la maestra.
Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Teddy; ahora escribía diciéndole que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores. Él le reiteró a Mrs. Thompson que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Dr. Theodore F. Stoddard, MD.
La historia no termina aquí, existe una carta más que leer. Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hace un par de años y le preguntaba a ella si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio.
Por supuesto Mrs. Thompson aceptó y adivinen: ella llegó usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos.

Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído, "Gracias Mrs. Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia". Mrs. Thompson, con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo: "Teddy, te equivocas, tu fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia. No sabía cómo educar hasta que te conocí".

LA FABULA DE LA SERPIENTE Y LA LUCIERNAGA

Cuenta una leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía. Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:- ¿Puedo hacerte tres preguntas?- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, contestó la serpiente...!!- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? - preguntó la luciérnaga- No - contestó la serpiente...!!!- ¿Yo te hice algún mal? - dijo la luciérnaga- No - volvió a responder la serpiente.- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!

AMOR VERDADERO

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio. 


El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente:

"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzo, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano teólogo que le dijera donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió: "llévenme al cementerio". "Papá" -respondimos-, "son las 11 de la noche, ¡no podemos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, lloró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: "Fueron 55 buenos años,¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así". Hizo una pausa y se limpio la cara. "Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, el cambio de empleo", continuó, "hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad, compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro a partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por qué?. Porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera... ".Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lagrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: "Todo esta bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas."

Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle, ese tipo de amor era algo que no conocían.

Reflexión:
Para saber el valor de un semestre: Pregúntale a un estudiante que reprobó el examen final.

Para saber el valor de un mes: Pregúntale a una madre que ha dado a luz prematuramente.

Para saber el valor de una semana: Pregúntale a un editor de la revista semanal.

Para saber el valor de una hora: Pregúntale a los amantes que esperan para verse.

Para saber el valor de un minuto: Pregúntale a la persona que perdió el tren, el autobús o el avión.

Para saber el valor de un segundo: Pregúntale a quien haya sobrevivido de un accidente.

Para saber el valor de una milésima de segundo: Pregúntale al atleta que gano una medalla de plata en las Olimpiadas.

El tiempo no espera a nadie. Atesora cada momento que tienes. Lo atesorarás mucho mas si lo compartes con alguien especial.

Deja que la Vida te despeine

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine. Por eso he decidido disfrutarla con mayor intensidad.
El mundo está loco. Definitivamente loco. Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina.
  • Hacer el amor, despeina.
  • Reírte a carcajadas, despeina.
  • Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
  • Quitarte la ropa, despeina.
  • Besar a la persona que amas, despeina.
  • Jugar, despeina.
  • Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
  • Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.
Así que, como siempre y cada vez que nos veamos, yo voy a estar con el cabello despeinado. Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por un buen momento.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.
Las normas de este mundo exigen buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria, … Y quizá debería seguir las instrucciones, pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda … ¡La persona más linda que puedo ser!
Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que quiero ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres: entrégate, come rico, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo, ¡deja que la vida te despeine…!
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.
cerrando circulos
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. 
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. 
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. 
¿Terminó con su trabajo? 
¿Se acabó la relación? 
¿Ya no vive más en esa casa? 
¿Debe irse de viaje? 
¿La amistad se acabó? 
Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqué, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. 
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante. 
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. 
No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar libros
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. 
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. 
No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. 
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron ... ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver. 
Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. 
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. 
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente, se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. 
¡Esa es la vida! 

SEAMOS DOS:




Será muy complicado, muy difícil,

tendremos pocos momentos para vernos,

nos costará entender al principio
qué nos pasa,
va a aparecer la culpa, la nostalgia,
se mezclarán los besos, las miradas,
compararemos los hechos, las palabras
parecerá que es la pasión que nos atrapa,
querremos abrazarnos y estarán al lado
nuestros hijos pidiéndonos algo.

Buscaremos un beso apasionado, una caricia,
pero nos vigilaran los ojos de los que no saben,
entonces, nos reiremos para adentro,
sabiendo que una mirada es un beso,
una palabra, un abrazo de ternura,
que un gesto, ese amor que nos acuna.

Pero tendrá que ser de a dos,
uno no alcanza,
yo sólo con mis sueños, no soy nada,
tampoco vos, sola con tu ilusión,
esa que se dibuja en tu mirada.

Seamos dos, por favor, acompañémonos,
compartamos los problemas complicados,
encontremos el tiempo de encontrarnos,
entendamos juntos qué sentimos,
disolvamos con amor la culpa y la nostalgia,
no comparemos nada, no hace falta.

Juntos podremos identificar los besos,
juntos podremos transformar a la pasión
y que no nos atrape, que nos sirva,
seamos dos y pronto, muy pronto será amor.

Me gustas tanto, me enloqueces, te quiero,
se que sentís igual, no tengo dudas,
pero vos por un lado y yo por otro,
no vamos a poder con esto,
seamos dos, pero tan juntos,
que en realidad seremos uno.

Necesito saber que me pensás y me extrañas,
tal como yo te extraño y yo te pienso,
que me sentís así, como te siento,
que te morís, como yo, por un abrazo y un beso.

Necesitamos que seamos dos
y terminar con la agonía innecesaria,
de un juego seductor, que ya es Amor ...

ANTES DE SER MAMÁ...
Yo comía mi comida caliente.
Mi ropa lucía planchada y limpia todo el día.
Podía sostener largas y tranquilas conversaciones telefónicas.
ANTES DE SER MAMÁ...
Me dormía tarde, tan tarde como quería
y jamás me preocupaban las desveladas.
Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas. Mi casa
estaba limpia y en orden, no tenía que brincar juguetes olvidados por
todos lados.
ANTES DE SER MAMÁ...
No me apuraba si alguna de mis plantas era venenosa, ni pensaba en lo
peligroso de las
escaleras o las esquinas de mis muebles.
No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor, ni consideraba
siquiera la palabra VACUNA.
ANTES DE SER MAMÁ...
No tenía que limpiar comida del piso, ni lavar las huellas de pequeños
deditos marcadas en los vidrios.
Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos,
mi cuerpo y mi aspecto físico...
Dormía toda la noche y los fines de semana eran totalmente relajados.
ANTES DE SER MAMÁ...
No me entristecían los gritos de los niños en la
consulta médica, no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis ojos, una
piernita que sería
inyectada.
ANTES DE SER MAMÁ... Yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a
través de unos ojos llorosos y una carita sucia.
No conocía la felicidad total con sólo
recibir una mirada.
No pasaba horas mirando la inocencia
dormir en una cuna.
Nunca sostuve a un bebé dormido SOLO porque no quería alejarlo de mí
ANTES DE SER MAMÁ...
Nunca sentí que mi corazón se rompía en
un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño.
Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar TANTO mi mundo.
Nunca supe que podía amar a alguien de
ese modo, nunca supe que amaría como una MADRE.
ANTES DE SER MAMÁ...
Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi
cuerpo.
No sabía que tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento.
No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo.
No sabía que algo tan chico podría hacerme sentir tan importante.
ANTES DE SER MAMÁ...
No imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor.
No imaginaba lo grande y lo maravilloso que sería,
No imaginaba la satisfacción de ser madre, no sabía que yo era capaz de
sentir tanto...
HOY NO IMAGINO MI VIDA SIN ESA PEQUEÑA SONRISA PICARA Y TRAVIESA,
SIN ESA HUELLA DE CHOCOLATE EN LA PARED, SIN ESE OLOR A PUREZA, SIN
ESCUCHAR DE UNOS PEQUEÑOS LABIOS
ESA PALABRA CORTA Y LARGA A LA VEZ...
"MAMÁ".

LA MEDIA COBIJA

Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna. A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesionista, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su vida pedir un favor a su hijo. Don Roque tocó la puerta de la casa
donde vivía su hijo con su familia.
-¡Hola papá! ¡Que milagro que vienes por aquí!
- Ya sabes que no me gusta molestarte,
pero me siento muy solo,
además estoy cansado y viejo.
- Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos,
ya sabes que esta es tu casa.
- Gracias hijo, sabía que podía contar contigo,
pero temía ser un estorbo.
- Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes?
¡me siento tan solo!
-¿Quedarte a vivir aquí?, si…..claro..pero no se si estarías a gusto, tu sabes, la casa es chica mi esposa es muy especial
...y luego los niños….
- Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mi, alguien me tenderá la mano.
- No padre no es eso, solo que….no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían….o solo que no te moleste dormir en el patio?
- Dormir en el patio esta bien.
- El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años.
- Dime papá.
- Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se tape en la noche.
- Si con gusto….¿y donde va a dormir?
-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.
Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó su padre.
-¿Que haces Luis? ¿porque cortas la manta de tu abuelo?
- Sabes papá, estaba pensando.
-¿Pensando en que?
- En guardar la mitad de la cobija para cuando tu
seas viejo y vayas a vivir a mi casa. 

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